viernes, 28 de diciembre de 2012

Baryonix

                                                              Baryonix

El Baryonix fue un curioso terópodo que se diferenciaba de todos los demás gracias a su exquisita dieta. Medía hasta 12m de largo por tres metros de alto, pesaba de tonelada y media a dos toneladas, vivió durante el período cretácico y sus fósiles fueron hallados en el sur de Inglaterra y en España. El Baryonix representó un descubrimiento bastante importante, no solo por su peculiaridad, sino por que fue el primer esqueleto de dinosaurio que encontraron los paleontólogos que estaban explorando esa zona del sur de Inglaterra.

El cráneo del Baryonix es la clave para interpretar la dieta de este animal. Era largo y estrecho, y disponía de unos dientes distintos a los de los demás carnívoros, los suyos eran más finos, y estaban preparados para desgarrar, y además se encontraban en la parte delantera de la mandíbula. Todas estas características nos indican que el Baryonix fue en su época como los mayores cocodrilos de ahora, se alimentaba de peces.
Además de que el Baryonix dispusiese de estos magníficos dientes, ideales para agarrar los escurridizos peces, tenía los ollares situados lo suficientemente atrás como para mantener el hocico sumergido en el agua y seguir respirando.

También disponía de unas imponentes garras en sus brazos (de ahí su nombre, Garra dura) que también estaban adecuadas para la función de cazar peces. La más grande de ellas medía hasta 30cm, incluyendo la vaina córnea. Este dinosaurio habría vivido en los ríos cercanos al mar, donde habría comida fácil de cazar para él formada por peces que podían llegar a medir 4m. Cuando se encontró el esqueleto de Baryonix, se encontraron restos de peces parcialmente digeridos en la zona del estómago (dientes, escamas…).

Hay algunos científicos que le dan otra explicación a todas estas características, Tal vez fuera un animal carroñero, al que le servía el largo hocico y las garras para desgarrar cadáveres, y la posición de los ollares para seguir respirando mientras introducía el hocico en el interior de los cadáveres. Para respaldar esta teoría, existe la prueba de que dentro del esqueleto de Baryonix también se encontraron restos de un Iguanodon joven, lo que quiere decir que este gran carnívoro se alimentaba de todo lo que le ponían por delante, pero el prefería la dieta de pescado.

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