viernes, 28 de diciembre de 2012

Amargasaurio

                                          Amargosaurio

El Amargasaurus (Reptil de La Amarga) no era un amargado, aunque su nombre indique lo contrario, de hecho, era uno de los dinosaurios más preciosos de todos los que existieron. Sus medidas eran muy modestas para ser un saurópodo, ya que sólo llegaba a los 10m de longitud, aunque pesaba entre cinco y siete toneladas (estaba gordito). Amargasaurus vivió durante el período Cretácico inferior en Argentina, donde hallaron un ejemplar casi completo en 1991, con el que se conoció por primera vez a este género. En principio tenía una estructura estilo diplodócido, don un cuello y cola bastante largos, un cráneo pequeño y alargado, y un cuerpo redondo y pesado, sostenido por cuatro patas que actuaban como pilares.

Un curioso rasgo a nombrar de este saurópodo es el de su gran uña en el primer dígito de cada extremidad anterior, una característica común en saurópodos primitivos, generalmente del Jurásico. Pero dejémonos de tonterías y vayamos al plato fuerte. Si bien hoy día se conocen ornitópodos y terópodos con velas sobre el lomo, como en el caso de Ouranosaurus o Spinosaurus, ahora nos encontramos con una explosión de belleza. Amargasaurus no tenía una vela, sido DOS, que se encontraban una al lado de la otra y le recubrían desde el cuello hasta el principio de la cola.

Como en los demás casos de animales con velas, no está clara su función, pero seguramente podría valer para la termorregulación del animal, que es la teoría más aceptada. En el caso de Amargasaurus también se pueden sugerir otras dos importantes teorías, una es la de la exhibición visual entre miembros de su misma especie, y la otra es la de la intimidación. Según esta teoría (apoyada por Grandesauri), las velas de Amargasaurus le servirían para darle un aspecto mucho mayos, y más si éstas estuvieran adornadas con colores llamativos, con lo que podría llegar a espantar a los grandes depredadores argentinos del Cretácico inferior. Hay que tener en cuenta que las velas han sido estimadas a partir de ramificaciones de las vértebras fósiles, así que también es posible que tuviese dos hileras de espinas.

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